Esta casa no solo es un lugar físico; es un refugio de memorias, un abrazo del pasado que nos recuerda la belleza de lo simple y lo auténtico.
Para que una casa sea un hogar no basta con equiparla para que todo funcione, resulte cómoda y parezca bonita.
Una casa no es un hogar hasta que se llena de vida, pero no solo de la gente que la habita, también de objetos que hablan por sí solos, que narran historias.
PAREDES QUE CUENTAN HISTORIAS…
Todas las casas cuentan una historia, entre sus muros se escriben cientos, quizás miles de eventos y se generan recuerdos.
Con el tiempo, muchos lugares que habitamos con la familia se pierden y con ello llega la nostalgia.
Cuantos quisiéramos poder visitar aquella finca donde crecimos, acompañados de los abuelos, los padres, los tíos y los primos y simplemente ya no podemos.
¿Qué haríamos su pudiéramos volver a pisar sus patios, tocar sus muros y ver sus ventanales?
Mi recomendada de hoy es una casa de antaño, un hogar que evoca momentos especiales en familia.
Edificada en dos niveles, con amplios espacios interiores, un área 550 M2 construidos sobre un lote de 650 M2, en exclusivo barrio Altos de Riomar de la ciudad de Barranquilla.
Distribución funcional e iluminación natural.
En el primer piso:
Recibo, sala, comedor, cocina, baño social, area de labores, cuarto y baño de servicio, y un amplio patio con kiosko que te permite disfrutar en familia de un buen asado o simplemente una reunión con amigos, carpas para protegerte de los rayos del sol.
En segundo piso:
Cuatro habitaciones, la principal con sauna y jacuzzi, baño y su walking closet, las tres habitaciones auxiliares con su closet dos de ellas comparten baño.
Garaje electrico para tres parqueaderos.